Debate: ¿cuáles son las implicaciones de los posibles cambios en el metro de Bogotá?

Revivió la polémica por la posibilidad de unos cambios en los diseños del metro de Bogotá, los cuales encarecerían en más de 10 millones de pesos el proyecto y, por lo menos, se demorarían 7 años más de lo establecido en el contrato actual.

Los concejales Lucía Bastidas y Diego Cancino, el excandidato a la Alcaldía de Bogotá Hollman Morris, el exsenador Rodrigo Lara y Juan Daniel Oviedo, exdirector del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, (Dane) debatieron en Sigue La W sobre las nuevas consideraciones que surgen para el metro de Bogotá.

De acuerdo con Bastidas existe un contrato firmado con el consorcio chino y el Gobierno Nacional en el que interviene la banca multilateral.

En ese sentido, explicó que “no se pude modificar porque implicaría más recursos (…) Aquí lo importante es la movilidad de los bogotanos, no los caprichos del Gobierno. Cualquier modificación necesitaría cambiar el contrato e invertir más recursos. Bogotá no tiene de dónde endeudarse, el presidente lo ha dicho,es un año difícil así que debemos seguir con lo que ya está, no destruyendo lo que tienen los bogotanos porque pierden”.

De igual forma, mencionó que, “no hay recursos para improvisar y recaudar para una segunda línea (…) De dónde sacaremos 17 millones para una alternativa grande o para una menor de 8.5 millones”.

Por su parte, el excandidato Morris señaló que se deben basar en lo que digan los estudios y la técnica, y “no en la política y los caprichos”.

Aseguró que la discusión no recae en los posibles cambios, sino en la demora de los estudios de ingeniería de detalle.

“Me parece que esta es una jugada muy hábil de la Alcaldía de Claudia López, porque lo que deberíamos estar discutiendo es por qué después de tres años de firmado el contrato con los chinos, no aparecen los estudios de ingeniería de detalle, que nos permiten definir si es viable la obra y solo lo sabremos cuando aparezcan estos estudios definitivos” manifestó.

En esa misma línea añadió: “No sabemos aún si el metro elevado es viable para la ciudad de Bogotá”.

En cuanto a la opinión del concejal Cancino, mencionó que “estamos ante dos opciones: un metro subterráneo o un alimentador elevado”.

Cuestionó la propuesta del metro elevado, asegurando que “es un bus elevado con carriles que no tiene toda la rigidez de un metro (…) Acá hay un modelo que gira alrededor de TransMilenio; el metro es construir un modelo de transporte para más personas, que sea sostenible y beneficioso para la ciudad. Hay una oportunidad de hacer un metro bien hecho”.

Por otro lado, el exsenador Lara mencionó que “gobernar es arbitrar y arbitrar entre opciones que se presentan e intentar encontrar la mejor forma de servir el interés colectivo”.

Mencionó que el metro del exalcalde Enrique Peñalosa cuenta con muy pocas estaciones.

“Esto denota una característica de un metro, que no sería un metro sino un tren de cercanías dentro de una ciudad. Un metro elevado en una ciudad como Bogotá será completamente traumático; hay que ponerse el lugar de las personas que tienen su casa, por ejemplo, sobre las Caracas, esto aumentará la criminalidad y significará el deterioro urbanístico”.

Por la misma línea mencionó que “no es óptima y tampoco ideal que está diseñada para integrar el metro con los buses pegados de Transmilenio, la obra narcisista de Peñalosa (…) Estamos ante unos errores de diseño que así quedaron y es una tragedia desde cualquier punto de vista”.

“Sería mejor destinar ese dinero en la tercera línea del metro”, añadió.

Por último, Oviedo señaló que “no podemos desconocer que las decisiones que se definieron sobre la primera línea del metro pasaron por estudios técnicos a nivel nacional e internacional. Entonces venir ahora cuando estábamos en el proceso de despliegue, en el marco de plan maestro de movilidad, la pregunta es cuál es el interés de que una obra que ya pasó todos los filtros de estructuración ahora cambie unos parámetros que son esenciales”.

Explicó que se necesitaría de una ley que modificara los mecanismos de participación financiera del Gobierno Nacional en la estructuración de las obras del metro, lo que implicaría más demora.

“Deberíamos tener una reflexión de cuáles son los nuevos elementos que surgen para hacer estas nuevas consideraciones cuando ya teníamos estructurado una decisión sobre la línea uno y dos. Deberíamos reflexionar sobre el costo de oportunidad de esos billones de pesos en otras herramientas de solución de movilidad de la ciudad”, puntualizó el exdirector del Dane.

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