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El “roscograma” de contratos que enreda a un alto directivo del Centro de Memoria

Dentro del Centro Nacional de Memoria estaría funcionando un presunto “roscograma” de contratación de personal cercano al director de construcción de memoria, Álvaro Villarraga. Lo más grave, a pesar de que conoció de su bajo desempeño, varios siguen en la entidad.

Álvaro Villarraga Sarmiento y Centro Nacional de Memoria. Foto: Suministrada / Centro Nacional de Memoria)

Álvaro Villarraga Sarmiento y Centro Nacional de Memoria. Foto: Suministrada / Centro Nacional de Memoria)

Además de los duros cuestionamientos de distintos sectores de víctimas, extrabajadores y aliados como la Red Colombiana de Lugares de Memoria, en contra del Centro Nacional de Memoria Histórica, la contratación de funcionarios también viene siendo un punto de preocupación por un eventual favorecimiento y conflicto de interés que involucraría a uno de los funcionarios de confianza de la directora María Gaitán, el Director de Construcción de Memoria: Álvaro Villarraga Sarmiento.

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Tal dirección se encarga de liderar las investigaciones que emprende el CNMH y es la dependencia más grande de esa entidad.

Villarraga fungió hasta el pasado noviembre de 2022 como director de la Fundación Cultura Democrática (FUCUDE) antes de pasar al alto cargo que ocupa en el Centro Nacional de Memoria Histórica. Pero con Villarraga, han ido llegando con el tiempo también varios “cercanos”, por ejemplo, una de las exdirectivas de su fundación, a devengar más de $7.5 millones de pesos mensuales en el CNMH. De acuerdo con una denuncia interpuesta ante la Secretaría de Transparencia de la presidencia, tanto esta persona como otros cercanos de Villarraga fueron contratados de manera innecesaria (El director asegura que sí los necesitaba porque no tenía personal para varias funciones).

Hablamos de Pilar Andrea Lozada Bernal, quien casualmente llegó a la Dirección de Construcción de Memoria del CNMH tras el arribo de Villarraga. La directiva y excompañera de la fundación de Villarraga llegó en 2023 con un salario que inició en $5.5 millones de pesos y, casualmente, para este año subió en más de $2 millones, llegando a un salario de $7.5 millones de pesos, aumentándole el sueldo, pero se mantiene con las mismas funciones que tenía el año pasado.

Su función es la de una especie de revisora, pero según fuentes internas en la entidad, ese trabajo podría ser realizado por alguno de los cinco profesionales especializados que se encuentran “de planta” en la entidad, los cuales han sido relegados por Villarraga al no ser “de su confianza”, pero evitarían la contratación de más contratistas.

“El aumento en honorarios que se está teniendo para el año 2024 está en un valor mensual de $2.310.536, equivalente a un 43,1 %, valor que es injustificado, sumado a que los entregables que se solicitan no revisten mayor complejidad y que las obligaciones podrían ser asumidas por el personal de planta de la Dirección para la Construcción de la Memoria Histórica” se indicó en la carta entregada a Transparencia.

Pero no todo termina allí, no solamente exdirectivos de la Fundación que dirigía Álvaro Villarraga han tenido acceso a contratos en el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), también distintas personas han sido vinculadas laboralmente a su dependencia, cuando, en algunos de los casos, la única experiencia que han acreditado, o la mayoría es, casualmente, haber trabajado en la Fundación FUCUDE, de Villarraga.

“Sumado vincular al CNMH a varios amigos, se identifica de manera clara la pretensión de dar continuidad a lo que se hace en la Fundación Cultura Democrática con las acciones que está proponiendo realizar en el CNMH y que además, el señor Álvaro Villarraga en algunos días de la semana trabaja desde las instalaciones de la Fundación Cultura Democrática” indica la misiva.

Así ocurre con el señor Carlos Adolfo Romero Iglesias (según las fuentes, Romero se ufana de su cercanía con Villarraga como desmovilizado del EPL), quien devengaba 5.3 millones de pesos al mes.

Esto no es lo más llamativo, al margen de la denuncia presentada ante la Secretaría de Transparencia, La W conoció por medio de fuentes dentro de la entidad que además de profunda cercanía con el exdirector Álvaro Villarraga, varias de estas personas continúan en la entidad a pesar de que conoció de su bajo rendimiento y también varios trabajadores lo comentan. La solución no fue retirarlos o investigar internamente, sino trasladarlos de dependencia.

Hablamos precisamente de Romero Iglesias y la abogada Luisa Cueto Fernández, (también existe el caso de otro profesional cuestionado llamado Henry Córdoba).

Se mencionan estas tres personas porque siguen vinculadas al Centro Nacional de Memoria, aunque La W pudo establecer internamente distintas inconformidades por su pobrísimo desempeño, (el listado de cercanos a Villarraga incluye a otras dos personas, José Lubín Ramírez y otra investigadora llamada Andrea Esguerra) de quienes las fuentes consultadas informaron que no siguen en la entidad.

Pero estos no son los únicos casos, también la trabajadora social Lina Alejandra Capador, la psicóloga Silvana Mancipe o la señora Ligia Inés Negrete, aparecen dentro de la nómina de contratistas dentro del Centro Nacional de Memoria, varios en la dependencia de Villarraga; casualmente, con la gran mayoría de su experiencia reciente (o la única) en la fundación de Villarraga, Fucude (el director de hecho trabaja en ocasiones no desde la sede del CNMH, su empleador, sino de Fucude, algo que aceptó al ser cuestionado indicando que se “nutre” de las investigaciones de su Fundación).

Asimismo, en el documento presentado ante la Secretaría de Transparencia de la Presidencia, se denunció que la contratación de estas personas se habría producido de forma inoficiosa, al explicar que dicha Dirección cuenta con cinco profesionales especializados Luz Ángela Castro, Camilo Vanegas, Yuranni Forero, Carolina Restrepo y René Cañón, quienes podrían asumir y adelantar las labores que están realizando esos contratistas cercanos a Villarraga, evitando más contratos, pero presuntamente han sido relegados al parecer sin motivo alguno, por demás “al no ser de confianza”.

W Radio contactó al director Álvaro Villarraga para conocer su respuesta frente a estas contrataciones de personal cercano para trabajar en su dependencia, casualmente exdirectivos y extrabajadores de su Fundación, quien respondió que no se trata de ningún conflicto de interés o favorecimiento y solamente se apoyó en la posibilidad de contratación directa y estas personas cumplían los requisitos “sin que se configure a la luz de la normatividad vigente ningún tipo de conflicto de interés o inhabilidad”.

Frente al punto en concreto de las personas que fueron contratadas bajo la supuesta “insuficiencia de personal de planta” que hacía necesaria su vinculación, y la solicitud de la lista con sus nombres que han sido contratados en su dependencia, para revisar su hoja de vida y de donde provienen, Villarraga se abstuvo de entregarla señalando que se encuentra en el SECOP.

“...se realizó la verificación de las necesidades establecidas para efectuar la contratación de personas que, por su experticia cumplían con los perfiles requeridos conforme a las necesidades presentes en diversas materias, lo que dio como resultado la selección de dichas personas, sin que se configure a la luz de la normatividad vigente ningún tipo de conflicto de interés o inhabilidad” afirmó.

LA LLAMATIVA LÍNEA INVESTIGATIVA DE VILLARRAGA Y POSIBLE CONFLICTO DE INTERÉS

La mudanza de personal de la Fundación Cultura Democrática al Centro Nacional de Memoria Histórica no es el único punto que podría ser cuestionable frente a la gestión de Álvaro Villarraga, uno de los funcionarios más cercanos a María Gaitán Valencia, directiva del CNMH.

Este 2024 la Dirección de Construcción de Memoria (liderada por Villarraga, reincorporado del EPL) determinó dar inicio a 17 investigaciones sobre distintos temas relacionados con el conflicto armado, de las cuales solamente apenas en una se dio espacio a lo relacionado con la Fuerza Pública mientras se abrieron espacios para distintos movimientos de izquierda como ¡A luchar! o el Frente Popular, u Orígenes del Conflicto (nuevamente).

La mencionada investigación se llama “Fuerza Pública en el conflicto armado interno” (donde según fuentes internas el enfoque iría sobre las victimizaciones responsabilidad de la Fuerza Pública y no sobre las víctimas en las filas). La W solicitó al director Villarraga conocer el enfoque de dicha investigación y solamente respondió que “este debe dar fe de los acontecimientos donde la verdad, sustentada a través de fuentes primarias y secundarias es el criterio base de su construcción”.

Todo esto, cuando al mismo tiempo en lo que podría significar un conflicto de interés y una gran preocupación sobre el manejo objetivo, la Dirección de Construcción de Memoria de Villarraga decidió dedicarle una investigación al EPL (antiguo grupo armado del que fue líder el director) bajo la dirección del propio Villarraga y sus asesores cercanos.

Al ser cuestionado sobre este asunto, el director de la Dirección de Construcción de Memoria defendió su papel y negó que pudiese existir un conflicto de interés en el marco de la investigación frente al EPL y un desbalance sobre la Fuerza Pública. Álvaro Villarraga aseguró que se trata de una investigación de índole académico y no de tipo penal, por lo cual no habría irregularidad.

“No hay impedimento conforme a la normatividad vigente, las investigaciones de la Dirección para la Construcción de Memoria Histórica son de índole histórico y académico, en ningún momento se tiene connotación judicial, por lo tanto, no se realizan juicios de valor que impacten procesos sobre los cuales se adopten decisiones frente a dichos trabajos o actores del conflicto armado interno en Colombia” señaló textualmente.

Todo lo anteriormente expuesto dentro de este informe se suma a las demás dudas que han sido expuestas frente a la mala relación del CNMH con distintos grupos de víctimas, sus extrabajadores y ahora sobre el manejo que se le está dando a la contratación dentro del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) bajo el presunto favorecimiento, de por medio contratos con recursos públicos, usando posiciones de poder, así como a la ecuanimidad con la que se están determinando las investigaciones a adelantar.

Además de la respuesta entregada en su momento, en una nueva comunicación dirigida a La W, el director Álvaro Villarraga en un texto posterior, negó nuevamente que las contrataciones de personas proveniente de Fucude fuese innecesaria, que los profesionales de planta no han sido relegados a funciones menores; asimismo, aseguró que no tuvo nada que ver con la contratación de las personas que llegaron desde Fucude a su dependencia y solamente hacían parte del banco de hojas de vida del CNMH.

También, aseguró que del total de contratistas que hacen parte de su dirección, solo un reducido número tuvo relación con la fundación Fucude y afirmó que nunca ha protegido a personas cercanas moviéndolas de área por su bajo rendimiento.

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