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Versiones cruzadas sobre operativo militar en Puerto Leguízamo que dejó once muertos

Chocan versiones sobre una operación militar en la frontera con Perú y Ecuador donde, según denuncias, murieron civiles que fueron presentados como guerrilleros caídos en combate.

Operación militar, imagen de referencia.  (Photo by Vanessa Gonzalez/NurPhoto via Getty Images)

Operación militar, imagen de referencia. (Photo by Vanessa Gonzalez/NurPhoto via Getty Images) / NurPhoto

A la espera de la investigación que adelanta la Fiscalía, se acumulan los interrogantes acerca de esta incursión militar en el municipio de Puerto Leguízamo (sur) que dejó once muertos y cuatro heridos el 28 de marzo.

Según la Defensoría del Pueblo, Human Rights Watch y autoridades indígenas, entre los fallecidos podría haber al menos cuatro civiles: un menor de edad, un gobernador del pueblo originario kitcwhwa, un líder comunitario y su esposa embarazada.

Para el gobierno del presidente Iván Duque, los fallecidos eran disidentes de la exguerilla FARC o colaboradores de esta organización que cayeron en una acción “legítima”.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) pidió al Estado investigar el caso y evitar “la estigmatización de las víctimas”.

En la mañana de ese lunes, los soldados entraron al caserío donde se celebraba una feria que había comenzado el sábado y a la que asistieron cientos de personas.

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Por su parte, el general Juan Carlos Correa, comandante del operativo, defendió la acción este martes y dio nuevos detalles de lo ocurrido en esa región cocalera golpeada por el conflicto armado de más de medio siglo.

Los muertos y heridos que dejaron “más dos horas de combate intenso” son “presuntos miembros de esta estructura criminal o participaron de manera activa en una acción hostil” en la que un soldado recibió un disparo, insistió.

La operación removió las heridas de los “falsos positivos”, como se conoce al mayor escándalo de las fuerzas militares de Colombia en el que al menos 6.400 civiles fueron asesinados y presentados como guerrilleros abatidos entre 2002 y 2008.

El país vive la peor arremetida de grupos armados desde la firma del acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC en 2016.

Aunque el grueso de los rebeldes entregó las armas, quedaron activas disidencias sin mando unificado que suman unos 5.200 combatientes, en su mayoría nuevos reclutas.

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